Grandes frases y palabras históricas , fórmulas y pensamientos conocidos, las mejores frases célebres merecen más un hito que un nombre y una fecha.
Nuestras conversaciones diarias están llenas de estas pequeñas fórmulas preparadas que son tan efectivas como imperecederas. Como el estribillo de una canción que tarareamos sin recordar a su intérprete, y retomada por el mayor número, muchas veces no conocemos la identidad del autor ni el contexto.
Sin embargo, algunas citas célebres son expresiones cotidianas porque se sostienen por sí mismas y no necesitan un contexto histórico o una referencia para tenerlas en cuenta. En el día a día no buscamos saber el origen de las buenas palabras que pronunciamos.
Frases célebres y pequeñas fórmulas imperecederas
El hombre es un lobo para el hombre es una cita muy conocida de Plauto de Asinaria, II, 4, 495 de Plauto.
La primera aparición de esta frase es en Plauto, en su comedia Asinaria (La comedia de los burros, hacia el 195 a. C., II v495: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit" "Cuando uno no lo conoce, el hombre es un lobo para el hombre”). En esta fórmula inicial, significa que el hombre toma al hombre que no conoce por un lobo. Plauto apunta al miedo a lo desconocido y no a la violencia de los humanos o El hombre es un lobo para el hombre, no un hombre, cuando no sabemos que lo es.
Esta cita se atribuye a menudo a Thomas Hobbes. En el estado de naturaleza, el hombre es un lobo para el hombre. En el estado social, el hombre es un dios para el hombre.
Pedro Corneille.
Extracto de Poésies divers (Escrito, en 1642, sobre Richelieu, con motivo de su muerte.) por Corneille.
Que se hable mal o bien del célebre cardenal, mi prosa ni mis versos nunca dirán nada al respecto. Me ha hecho demasiado bien para decir algo malo, me ha hecho demasiado mal para decir algo bueno.
Jorge Wilhelm Friedrich Hegel.
Nada grande se ha logrado en el mundo sin pasión es una cita de Hegel de la introducción a la filosofía de la historia.
La razón en la historia: Aquí y allá, los hombres defienden sus fines particulares contra la ley general, actúan libremente. Pero lo que constituye el fundamento general, el elemento sustancial, el derecho, no se ve perturbado por ello. Lo mismo ocurre con el orden del mundo. Sus elementos son por un lado las pasiones, por otro la Razón. Las pasiones constituyen el elemento activo. No siempre se oponen al orden ético; por el contrario, realizan lo Universal.
En cuanto a la moralidad de las pasiones, es evidente que no aspiran más que a su propio interés. Por este lado, aparecen como egoístas y malvados. Pero lo activo es siempre individual: en la acción soy yo mismo, es mi propia meta la que busco realizar. Pero este objetivo puede ser bueno, e incluso universal. El interés puede ser bastante particular, pero de ello no se sigue que se oponga al Universal. Lo Universal debe realizarse a través de lo particular. Decimos, pues, que nada se hizo sin el apoyo del interés de quienes colaboraron en ello.
Este interés, lo llamamos pasión cuando reprime todos los demás intereses o fines, toda la individualidad se proyecta sobre un objetivo con todas las fibras interiores de su voluntad y concentra sus fuerzas y todas sus necesidades en este fin. En este sentido, debemos decir que nada grande se ha logrado en el mundo sin pasión.
Arturo Rimbaud
No hablamos en serio, cuando tengamos diecisiete años es el primer verso de un poema de Arthur Rimbaud escrito en 1870 y titulado Roman. Ha sido reutilizado por varias obras:
No hablamos en serio cuando tenemos diecisiete, álbum doble de Léo Ferré lanzado en 1986.
Uno no es serio cuando tiene diecisiete años, autobiografía de Barbara Samson publicada en 1994.
Cuando tengamos diecisiete, película francesa dirigida por André Téchiné, estrenada en 2016.
François Rabelais
Pero como, según el sabio Salomón, la sabiduría no entra en el alma marívola, y el conocimiento sin conciencia no es más que ruina del alma, os conviene servir, amar y temer a Dios entregándole todos vuestros pensamientos y todo. .tu esperanza; y por la fe formada de caridad, estar unidos a él, para no ser nunca perturbados por el pecado.
Pero como según las palabras del Sabio Salomón la Sabiduría no entra en un alma malévola, y el conocimiento sin conciencia no es más que ruina del alma, conviene que sirváis, améis y temais a Dios entregándole todos vuestros pensamientos. y toda vuestra esperanza; y por la fe caritativa, sed fieles a él, para que nunca os desviéis de ella por el pecado.