Ya hemos hablado anteriormente de la figura de la familia de acogida (o anfitriona) y de cómo esta ayuda enormemente a la integración afectiva, académica y social de los estudiantes extranjeros que deciden visitar nuestro país para reforzar su segunda lengua o que simplemente quieren conocer otros países mientras aprenden.
Las familias anfitrionas son un refugio seguro para esos estudiantes de otros países y especialmente para sus progenitores, que invierten en tranquilidad y confianza, ya que saben que una familia se está haciendo cargo del cuidado integral de sus hijos.
No obstante esto, en ocasiones resulta complicado entender qué pasos debemos dar si queremos formar parte de este selecto club de las familias anfitrionas y nos perdemos en la burocracia y los permisos necesarios.
En este artículo trataremos de arrojar algo de luz en la oscuridad, y ayudar a las familias interesadas a que den el salto a este increíble y enriquecedor mundo.
En cada país, los permisos y documentación necesaria, así como los pasos a dar, difieren ligeramente. Es por ello que siempre recomendamos que en la medida de lo posible, se delegue esta tarea en una agencia especializada a estos efectos.
En el caso de España los requisitos indispensables son los siguientes:
Tener espacio suficiente en la vivienda familiar donde hospedar de manera cómoda al huésped.
Que el español sea el idioma hablado en el hogar
El núcleo familiar debe estar compuesto por al menos dos personas
El hecho de ser familia huésped es desinteresado, aunque este comporte un derecho a compensación por los gastos que se ocasionen del normal discurrir de la vida del huésped
Contar con un seguro que cubra cualquier imprevisto relacionado con accidentes o causas médicas.
Preferentemente que el estudiante cuente con una tarjeta sanitaria internacional
Documentación relativa a la representación legal del menor (en caso de serlo)
Aparte de estos ítems, existen algunos requisitos adicionales dependiendo del país de origen del estudiante y del de recepción, ya que aquí hemos hecho referencia expresa a España como receptor.
Del mismo modo que se nos imponen ciertas obligaciones como familia de acogida receptora, las familias que realizan estas tareas en otros países, como en Irlanda, están obligadas a las mismas condiciones.
Hay que tener en cuenta, que del mismo modo que nosotros contaremos con una serie de requisitos para poder ser familia receptora, el estudiante también tendrá una serie de requisitos para la normal convivencia con nuestra propia familia, como por ejemplo, mantener el orden y limpieza de su estancia, cubrir sus gastos de ocio, u o acatar las normas del hogar donde se encuentre hospedado, como si de un miembro más de la familia se tratase.
Como hemos podido ver, ser familia de acogida es una tarea sencilla, pero que requiere de ciertos pasos previos antes de poder empezar a realizarla.
Confiar en los servicios de un especialista en esta tarea o una agencia dedicada en exclusiva, puede ser una buena manera tanto de contactar con familias interesadas en mandar a sus hijos a España, como para “ofrecer nuestra candidatura” a dichas familias.